Eva Gonzalez y el efecto Magno

Ultimamente me ha tocado hacer algunas explicaciones de fenómenos físicos y alguien por pura casualidad me recordó el Efecto Magno - que no es el efecto que hace sobre las mujeres la colonia Magno-, si no el efecto físico que actúa sobre el balón de baloncesto cuando lo hacemos girar hacia atrás al tirar a canasta.

Y es que ¿qué sentido tiene tirar haciendo que el balón gire hacia atrás?. En algunos libros de técnica individual se dice que es para que el balón al chocar con el tablero se dirija hacia abajo y caiga hacia el aro. Pero la verdad es que cada vez - y es algo que no me explico - se ven menos tiros a tabla.

¿Entonces para qué tiramos así?


En 1989 en las clases de tiro del curso de monitor de baloncesto, la profesora Eva González (ahora entrenadora del Atlético UPV) me preguntó para qué tiramos haciendo girar el balón. Yo con mis cándidos 15 años respondí que para que el movimiento giratorio del balón ayudara a elevarse al mismo y no hiciera falta hacer tanta fuerza con los brazos. La respuesta no le gustó ni un pelo, me espetó que de donde me había sacado eso y aseguró que el objetivo de dar este efecto al balón era extender brazo y muñeca. A esto solo pude responder un desacertado, "es la física", que me costo ganarme el apelativo de "el de la física" durante el resto del curso.

Años más tarde y alguna que otra convocatoria más gastada de Termodinámica me tocó descubrir que no era exactamente física, si no mecánica de fluidos lo que cataloga este fenómeno conocido como "efecto Magno".


Este efecto provoca una trayectoria curva sobre cualquier objeto que, a la vez que se desplaza en una dirección, gira sobre si mismo en un eje perpendicular al plano en que se mueve. El objeto, al girar, presenta un lado - el de arriba - que se mueve en dirección contraria a la de su movimiento, mientras que el lado opuesto - el de abajo - se mueve en la misma dirección del movimiento producido por el impulso inicial. Hay que recordar que el aire - aunque poco viscoso - es un fluido y cualquier objeto que se desplaza en el seno de un fluido arrastra parte de ese fluido en sus proximidades (lo notamos cuando pasa un tren por el anden a mucha velocidad y el aire nos empuja).

Consecuentemente, se provoca un desplazamiento relativo del aire próximo al objeto respecto del resto de aire circundante, que será más veloz en el lado de movimiento de rotación a favor del movimiento de desplazamiento.
Para que la energía sea conservada, entre dos zonas contiguas de fluido en movimiento relativo, la presión en la zona de fluido más veloz es menor que la correspondiente a la zona de menor velocidad. Por consiguiente, se establece una diferencia de presiones a ambos lados del balón en relación con el aire circundante, que se traduce en sendas fuerzas dirigidas hacia él. La fuerza, en la zona de movimiento de rotación que tenga el mismo sentido que el movimiento de desplazamiento es mayor que la correspondiente a la zona opuesta, ya que provoca un desplazamiento relativo de las capas de aire entre sí de mayor velocidad - es decir, si el balón gira hacia atrás la fuerza por abajo será mayor. Esta diferencia de fuerzas provoca un desplazamiento perpendicular al eje de rotación y a la dirección del movimiento provocado por el impulso inicial, sumando una fuerza hacia arriba a la que se estableció en el impulso.


Pues bien, este fenómeno es directamente proporcional a la densidad del fluido (aire). El aire es más denso en invierno que en verano (también es más denso a nivel del mar que a gran altitud o cuando el aire está húmedo respecto de aire seco). Por esta razón es más fácil provocar el "efecto" en invierno que en verano. Así que en teoría debería ser más fácil encestar en invierno en un partido disputado a nivel del mar.

También es por esta razón por la que los balones tienen esos puntitos, tan incómodos cuando son nuevos que siempre intentamos gastarlos, y es que una superficie rugosa aumenta el arrastre del aire en las cercanías del objeto. A mayor arrastre de aire mayor será el efecto Magno obtenido, siendo más fácil conseguir trayectorias hacia arriba. Así que en el improbable caso de que alguna haya llegado hasta esta parte, y que además se haya enterado de algo, tal vez cambie esa costumbre de entrenar con el balón desgastado.

Supongo que Eva González hubiera quedado bastante sorprendida si yo hubiera sido capaz de darle esta explicación en aquel curso, si bien no es menos cierto que en ese caso supongo que no me hubiera costado tanto aprobar Termodinámica de tercero. Además seguramente es más importante en el tiro la técnica y la puntería que la fuerza.

Publicado porPablo a las 23:39  

1 comentarios:

Anónimo dijo... vie ene 19, 10:21:00 p. m.  

Muy interesante tu blog, lo acabo de añadir a favoritos.
Me ha gustado este artículo.



Saludos.

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